Comprender la sensibilidad a la luz y la migraña

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Comprender la sensibilidad a la luz y la migraña

¿Qué es la sensibilidad a la luz?

La sensibilidad a la luz, también conocida como «fotofobia», se refiere a una sensibilidad anormal y extrema a la luz. Según un artículo de investigación de Pubmed Central, se trata de un síntoma común y debilitante de la migraña. Aunque todo el mundo es sensible a la luz en cierta medida, las personas con fotofobia son hipersensibles. Por ejemplo, los cambios en los niveles de luz e incluso la luz natural pueden empeorar el dolor de la migraña. Por eso, retirarse a una habitación oscura o poco iluminada es uno de los métodos sugeridos para proporcionar alivio a algunas personas durante un ataque de migraña. En este artículo exploramos la relación entre la sensibilidad a la luz y la migraña.

La relación entre la sensibilidad a la luz y la migraña

Según un artículo de PubMed Central, la migraña es el trastorno neurológico más común que causa fotofobia. Hasta el 80% de los pacientes migrañosos experimentan fotofobia durante un ataque.

En otro artículo de investigación sobre la fotofobia en pacientes migrañosos, se constata que los pacientes migrañosos son más sensibles a la luz durante y entre los ataques de migraña. Además, entre el 30 y el 60% de los ataques de migraña son desencadenados por la luz o el deslumbramiento. Por ejemplo, la luz del sol, la televisión de las películas y las luces fluorescentes pueden provocar migraña.

Causas de la fotofobia

Según la American Migraine Foundation, aunque la migraña es la afección más común asociada a la fotofobia continua, puede haber otras causas de fotofobia.

Otras causas de fotofobia pueden ser afecciones oculares, como sequedad ocular e irritación; trastornos del sistema nervioso central; y blefaroespasmo: un parpadeo o espasmo anormal e involuntario de los párpados. Sin embargo, la migraña y la fotofobia están tan estrechamente relacionadas que, en ausencia de una afección ocular o del sistema nervioso central, la aparición de fotofobia sin dolor de cabeza puede dar lugar a un diagnóstico de migraña.

Control de la fotofobia en la vida cotidiana

Puede resultar tentador evitar la exposición a la luz, sobre todo si se es fotosensible y se experimenta dolor. Sin embargo, vivir en una oscuridad constante aumentará su sensibilidad. Esto puede hacer que le resulte más difícil desenvolverse en entornos que no puede controlar. Aumentar la luminosidad del entorno es una forma de aumentar la tolerancia.

Llevar gafas de sol puede proteger los ojos del brillo y evitar la irritación tanto en interiores como en exteriores, y son una de las muchas herramientas que puede utilizar para ajustar la longitud de onda, o tinte, de la luz que le rodea.

Normalmente, la luz azul es el tono más doloroso; este color es el que emiten con más frecuencia las pantallas de ordenadores y smartphones. Filtrar la luz azul a través de lentes amarillas, naranjas o rojas ofrece alivio a algunas personas. Considere la posibilidad de invertir en bombillas que emitan luz verde, la única banda de luz que se ha demostrado que no agrava la migraña.

Por último, es importante educar y compartir con sus seres queridos la necesidad de atenuar las luces durante un ataque de migraña. Estos ajustes en el entorno son tratamientos necesarios y hacer que los seres queridos comprendan y apoyen el uso de la luz verde.

Jenny from Migraine Buddy
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